Hna. María de Almirudis

Hna. María de Almirudis

Nació en la Colorada, Sonora, el 19 de marzo de 1894, en el seno de una familia cristiana que se convirtió al evangelio en la región de La Mesita, Sahuaripa por el segundo misionero americano que llegó a Sonora. Debido a este gran privilegio desarrolló toda su vida en ese ambiente desempeñando desde su niñez y juventud diferentes servicios a la Iglesia.

           Contrajo matrimonio el 17 de noviembre de 1926 con Don Miguel Juan Almirudis Sjoliades, de nacionalidad griega en la Iglesia Metodista oficiando el Pastor Abel Gómez, viniendo a radicar a Cd. Obregón, Son., donde le nacieron 6 hijos: Juan Miguel, Sócrates(+), Héctor(+), Homero, Aquiles e Hiram.

           Al llegar a esta ciudad, en su hambre por las cosas de Dios y por la comunión con los cristianos, buscó un grupo de creyentes con los cuales convivir, guiándola el Señor a través de unos hermanos que encontró en el mercado e indicándole un hogar en la Col. Plano Oriente donde se celebraban servicios, destacándose ahí por su Espíritu de cooperación incondicional a la Obra.

           Tiempo después, contactó a la Hna. Ma. W. Atkinson y al Hno. J.H. Ingram por conducto de la fam. del Hno. Carlos Jiménez Bautista, interesándose en gran manera por sus necesidades y trabajos; lo que en esos tiempos, fueron los principios de la Iglesia de Dios en México.

           Al comprarse la propiedad que hoy ocupa la Iglesia Central de Cd. Obregón, la cual pobre y rudimentaria había sido acondicionada, nuestra Hna. Almirudis fue bautizada por inmersión, marcando su ingreso a la naciente y creciente Iglesia de Dios. Vivió los tiempos de la persecución religiosa cuando se dio la orden de cerrar los templos, días en los que tan solo de saberse que eran cristianos era exponerse a la cárcel y el atropello, como lo viviera el mismo apóstol Pablo.

La Hna. Almirudis (como cariñosamente le llamábamos) desempeñó con el paso de los años, diferentes funciones en la organización de la Iglesia.

           Durante 20 años trabajó como maestra de Escuela Dominical, Secretaria Tesorera de su Departamento (Trabajadoras Voluntarias) en la Iglesia Central por 10 años; fungió también ese mismo cargo pero a nivel territorio por espacio de 2 años y medio, entre otros.

Nuestra Hna. Fue testigo del Gran Poder de Dios en la vida de sus hijos, al ver al Señor sanándoles milagrosamente, entre ellos a nuestro Hno. Hiram quien actualmente sirve al Señor desde los 14 años y que hoy se encuentra en San Antonio,TX, USA atendiendo el llamado que el Señor le hiciera.

           Nuestra Hna. dejó su morada terrenal para encontrarse con su Creador el 15 de julio de 1989 a la edad de 95 aņos, radicando sus últimos días en Cd. Obregón, en la cual cultivó muchas amistades y Hnos. en Cristo, entre ellos la Hna. Fortunata(+) (mamá de nuestra Hna. Conchita de Souza), Hno. Apolinar Castro (+) y nuestra amada Hna. Bartolita Amarillas(Iglesia Tlaxcala). Sus hijos al recordarla, la catalogan como "una mujer que siempre tuvo un buen consejo, y que buscaba el bien a quien lo pidiera y con una sabiduría que era admirable en lo espiritual"

Por Obed Castro